Jesús nombre dulce y consolador… esperanza de vida, alegría del corazón, melodía al oído. Miel en los labios. Vivir sin Jesús es morir. Si lo invocas dulcifica el alma. Si piensas en él te ilumina la inteligencia, si lo escuchas, te alimenta el corazón (San Antonio de Padua)

Poner a Jesús en el centro de la vida: ¡Vivir sin Jesús es morir, vivir sin Jesús es morir! … y no porque se pierda esta vida, sino porque se pierden los motivos para vivir, los motivos para esperar, los motivos profundos para amar.