Los judíos esperaban a un Mesías-Rey. Jesús se presentó como un Mesías sin apariencia de mesías. “Despojado de su rango se sometió incluso a la muerte y una muerte de cruz” (S Pablo). Jesús fue para aquellos lo contrario que el Xto que esperaban.

El Reino nace de la cruz; nace de la entrega en obediencia al Padre, nace de la confianza hasta el final en el Padre, nace de la pobreza y humildad (“sin apariencia humana lo vimos” Isaías), nace del perdón hasta el final a los que le quitan la vida. Vivir desde aquí, que es lo que vivió Jesús en la cruz, es comenzar a vivir ya como ciudadanos del Reino, es adelantar el Reino que está por llegar.