¿Qué pueden aportar la espiritualidad y carisma franciscanos en esta crisis?

La espiritualidad franciscano-clariana va en línea de la solidaridad, todos somos hermanos, todo se comparte. Tiene un gran respeto por todo lo creado, se nos da para hacer de ello un buen uso, no para acumular. Ni exprimir, ni derrochar, mientras otros mueren de hambre o no tienen ni lo elemental. Francisco y Clara redescubriendo al Jesús del Evangelio, les llevó a caer en la cuenta del Amor tan inmenso que nos tiene Dios, y se dedicaron, de por vida, a acercarse más y más a este Amor y, a acercar, este Amor a todas sus hermanas y hermanos, haciéndose menores y pobres, al estilo de Jesús. Es una espiritualidad que lleva a la Paz. El compartir, el no acumular, el respeto mutuo, es un modo de estar en el mundo que favorece el crecimiento de la vida, ayuda a expandirse la naturaleza, dejándole crecer. Es una espiritualidad que favorece la igualdad, la preocupación por los más desprotegidos, anima a vivir desde el cuidado de unos por los otros. A vivir desde dentro. Es una espiritualidad que nos lanza a tenernos en cuenta y orar unos por otros muy desde el corazón. A profundizar en lo esencial y el sentido de la vida, pues que un virus nos haya mandado a todos a casa, es para que nos paremos y nos abramos a lo que es verdadero y básico en la vida.

(Hna Mertxe Iradi, Abadesa Clarisas de Agurain, Revista Arantzazu Mayo 20202)