“Los Hermanos manifiesten confiadamente uno al otro su necesidad”

(San Francisco de Asís)

 Tenemos un sentido muy peculiar de nuestra fraternidad. No la concebimos como un grupo de amistad, ni como un equipo de trabajo, ni corno una comunidad religiosa presidida por un representante de Dios, sino como una familia de hermanos espirituales, en que cada uno puede ser él mismo y manifiesta confiadamente el uno al otro sus necesidades. Lo más importante para nosotros es la calidad de nues­tras relaciones interpersonales.