“Este es un tiempo para convencidos.
Tiempo de entrenamiento, ejercicio y lucha; de mochila ligera y paso rápido.
Tiempo de camino y discernimiento, de conversión y compromiso,
de pruebas y encuentros en el desierto, en la estepa, en el silencio.
Es el tiempo de los proyectos de vida, de las decisiones y desmarques;
a veces, de las trasfiguraciones.
Tiempo de humanidad rota y dividida que anhela el paraíso o la tierra prometida.
Tiempo de tentaciones, tabores y conversiones, traspiés, heridas y cegueras, perdones,
restauraciones y agua viva.
¡Todo en sólo cuarenta días!
Este es el tiempo de las personas nuevas, de las que han soltado el lastre
de ídolos secretos y falsas vanidades y ya sólo anhelan misericordia y abrazos del Padre.” (Ulibarri Fl.)