“Los refugiados pasan por aquí y luego van a la estación, normalmente se quedan una o dos noches. Disponemos de varias instalaciones de acogida para los refugiados, incluido nuestro antiguo convento a las afueras dela ciudad donde acogemos a 80 refugiados, la mitad de los cuales son niños. Hemos organizado allí una escuela en línea y nuestros frailes también dan apoyo espiritual y el ministerio de la escucha a cuantos lo necesitan. Estamos recibiendo mucha ayuda de Rumanía, Polonia y Hungría con lo que podemos ayudar también a otras zonas de guerra… Aquí no sólo necesitamos comida, ¡necesitamos paz! En esta ciudad hambreamos la paz..”
Fray Mikola es párroco franciscano en la Iglesia de San Antonio de Padua de la ciudad de Lviv.