“La fraternidad es un regalo para ser recibido con gratitud. Es una realidad que siempre está «en movimiento», en construcción, y por lo tanto solicita la contribución de todos, sin que nadie sea excluido; en el que no hay «consumidores» sino constructores. Una realidad en la que podemos vivir caminos de aprendizaje continuo, de apertura al otro, de intercambio mutuo; una realidad acogedora, dispuesta y disponible a acompañar; una realidad en la que es posible tomar un descanso en la vida cotidiana, cultivar el silencio y la mirada contemplativa y reconocer así la huella de Dios en ella; una realidad en la que todos ustedes se consideran hermanos, tanto ministros como miembros de la fraternidad; una experiencia en la que todos están llamados a amar y cuidar a su hermano, como la madre ama y cuida a su propio hijo”. Y tras describir en qué consiste esta fraternidad, el Santo Padre exhorta a “alimentarla con el Espíritu de la Santa Oración y devoción”, así como a “seguir el ejemplo de San Francisco en una relación de amor y obediencia con los pastores”.

(Papa Francisco a los Franciscanos. 18.06.2019)