San Buenaventura nos  habla del círculo, para indicar la relación que hay entre Dios y el hombre. La relación entre ellos, es de carácter circular, en donde, tanto Dios como el hombre están animados por una búsqueda del uno hacia el otro: dos peregrinos vinculados por el mismo deseo de comunión. Al hombre que se pone en camino responde la solicitud de Aquel que se hizo peregrino para ir a su encuentro ahí donde está. El fin es ser comprendidos, ser abrazados por Aquel que, por solo amor, está entre nosotros, dejándose encontrar en todos nuestros esfuerzos en favor de la unidad, la verdad y la bondad.

Que san Buenaventura nos ayude a “desplegar las alas” de la esperanza que nos impulsa a ser, como él, buscadores incesantes de Dios, cantores de la belleza de la creación y testigos de ese Amor y esa Belleza que “todo lo mueve”.